First published at 07:45 UTC on April 18th, 2024.
Escuchen este mensaje del Señor,
ustedes que tiemblan ante sus
palabras:
Su propio pueblo los odia y los expulsa por
ser leales a mi nombre. ¡Que el Señor sea
honrado! -se burlan-. ¡Alégrense en él!”.
Pero ellos serán avergonzados. ¿Qué es
ese alboroto …
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Escuchen este mensaje del Señor,
ustedes que tiemblan ante sus
palabras:
Su propio pueblo los odia y los expulsa por
ser leales a mi nombre. ¡Que el Señor sea
honrado! -se burlan-. ¡Alégrense en él!”.
Pero ellos serán avergonzados. ¿Qué es
ese alboroto que hay en la ciudad?
¿Qué es ese ruido tan terrible que
viene del templo? Es la voz del
Señor, vengándose de sus
enemigos.
Aun antes de que comenzaran los dolores de parto,
Jerusalén dio a luz un hijo. ¿Acaso alguien ha visto
algo tan extraño como esto? ¿Quién ha oído hablar
de algo así? ¿Acaso ha nacido una nación en un
solo día? ¿Acaso ha surgido un país en un solo
instante? Pero para cuando le comiencen los
dolores de parto a Jerusalén, ya habrán
nacido sus hijos. ¿Llevaría yo a esta
nación al punto de nacer para
después no dejar que naciera?
pregunta el Señor. ¡No!
Nunca impediría que
naciera esta nación,
dice su Dios.
¡Alégrense con Jerusalén! Gócense con ella,
todos ustedes que la aman y ustedes que se
lamentan por ella. Beban abundantemente
de su gloria, como bebe un pequeño hasta
saciarse de los pechos consoladores
de su madre.
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